sábado, 7 de febrero de 2009

Cuarto y Quinto paso...

Cada vez me resulta más complicado asumir una actitud furiosa hacia aquello que me desagrada. Cada vez me es más difícil no poner la otra mejilla. Hace algunos años no hubiese perdido oportunidad para ironizar y burlarme de un fulano que me dice que El hombre más rico de Babilonia es una de las máximas representaciones de la literatura árabe.

Me estoy ablandando demasiado. Me está costando nada dejar de ser irónico, grosero, hosco...

Me atosigan por todos los costados con propuestas tan irreverentes del grado de una invitación a vivir la "experiencia" del cuarto y quinto paso con los A.A. Seguramente a muchos de los que ahora leen esto también los habrán jodido más de una vez con lo mismo y con la misma insistencia que el más aferrado Testigo de Jehová.

Al contrario de lo que pudiese pensarse, presto oídos al testimonio que se me comparte y prometo considerar una posibilidad de alguna asistencia próxima.

¡¿Qué me está pasando?!

La actitud de mandilón y regañado con la que me dirijo en mi santo matrimonio está permeando todas mis demás personalidades. ¡¡¡Primero dejo de beber, luego me comienzan a hacer daño los tacos y ahora también dejo pasar la oportunidad de cagarme de la risa de un pobre wey!!!

Perdóname Señor. No sé lo que hago...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y eso es sólo el principio, cariño.

Después vendrán las camisas planchadas (por dentro del pantalón, desde luego), el peinado de raya y la misa dominical.

Lento, pero seguro. Sólo me tomó cinco años reducir tu cuota de tacos en un 70%.