Radiohead es una banda que unifica las opiniones en un sólo punto: hacen gran música.
Como en todo lo que es factible de análisis, existen multitudes de fanáticos irredentos y en contaparte, detractores a ultranza. Ambos bandos contaminados de manera irremediable por la inclinación que les exigen sus posturas. Mucho más radicales los fans, hay que decirlo; mucho más intolerantes con aquel que no comparta su punto de vista, con aquel que no posea la sensibilidad requerida para convertirse en un iluminado sin ojo crítico.
Radiohead es un banda genial: Revolucionarios, atrevidos, propositivos, vanguardistas.
Y sí. El 19 de noviembre los puntos de venta de todas partes del país estuvieron a reventar. las líneas de venta totalmente inaccesibles, las redes saturadas. El fenómeno comenzaba.
De ninguna manera se paralizó la actividad en el país, o se colapsaron las vías de transporte. No, y eso es lo interesante. Pienso que la casi totalidad de la gente que quería estar en esa fecha (que casi de inmediato se desdobló en un par de fechas), en ese evento que estaba destinado a volverse histórico para los melómanos, tuvo sus oportunidades. No hubo, desde luego, muchas opciones para estar en primera fila, esa opción sólo fue para los más aferrados. Sin embargo, para todo aquel que quiso estar allí, las opciones nunca faltaron, legales e ilegales allí estuvieron todo el tiempo: desde la compra directa hasta la reventa el mismo día, desde estar monitoreando los puntos de venta y estar atentos a que soltaran más boletos hasta estar esperando el mismo día del concierto a que se cumpliera media presentación del grupo abridor y conseguir los boletos con los desesperados revendedores a precio de risa. Las opciones nunca estuvieron agotadas.
(((Poquito a poco. Sigue)))
1 comentario:
Sigo esperando la continuación...
Mejor tarde que nunca.
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